jueves, 7 de junio de 2012

LA RELIGION ES COMO UN CABALLO DE TROYA


La religión es como un caballo de Troya que aparece ante nosotros con la apariencia de un fenómeno superior y atrayente; frente al cual al parecer no caben defensas. Una suerte de prisión permanente, sin ataduras físicas, pero con las ataduras culturales heredadas e impuestas que hacen imposible la libertad humana.

Es verdad que la religión puede sensibilizar al hombre, proporcionarle una fe desmedida hasta la obseción, hacernos creer en un mundo mejor, e inclusive, en un momento de suma espiritualidad, dar amor. Pero lamentablemente, las religiones convierten al ser humano en un instrumento de algo que no sabemos en verdad qué es (por más fe que se tenga), hace de la vida un momento para sentir culpa, temor y compromiso con un supuesto creador (a pesar de la supuesta felicidad que creemos sentir) y nos confronta con una utopía irracional que trunca la posibilidad del ser humano en beneficio de la posibilidad del mito religioso. 

Es difícil la vida, pero no hay otra, ni antes ni después, y hay que vivirla con uno mismo y con los demás. La existencia es una suma de aprendizajes, y en ese proceso debemos desechar de manera gradual aquello que niega o limita al ser humano como posibilidad. 

En estos tiempos se requiere un  nuevo humanismo, que termine por liberar al hombre de las ataduras de si mismo, que en gran medida son las ataduras de la religión. La verdadera libertad es la posibilidad de elegir; sin amos, sin ideas que limiten, sin temores que contraigan, sin más posibilidad que la que uno mismo se crea en armonía con los demás. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario